sábado, 31 de marzo de 2012

¡Qué llueva, qué llueva!

El socorrido y manido tema del tiempo... pues sí, creo que nunca como hasta ahora, ha sido tan fácil ponerse de acuerdo. Ya dice el refrán que "nunca llueve a gusto de todos", pero esta vez creo que no me equivoco si afirmo que la mayor parte de la población está deseando que llueva. Los motivos, diversos, desde luego, desde la necesidad de lluvia por la sequía del campo, a la necesidad de lluvia para limpiar la atmósfera. Este último es mi principal motivo para desear la lluvia ya que nunca en mi vida he sido alérgica, pero hace tanto tiempo que no llueve y hay tanto polen y tanto polvo y contaminación en el ambiente, que, personalmente, no consigo sacarme de encima los problemas en el tracto respiratorio superior y voy alternando entre faringitis y amigdalitis desde hace más de un mes. Este es, entre otros, uno de los motivos para no haber escrito en este blog. Ya sé que no son disculpas, pero... son razones.
Así que en honor al deseo que tenemos la mayoría, aunque los motivos sean diferentes, ¡volvamos a la infancia!

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